Por ejemplo, para un extracto de 100 g de cúrcuma pulverizada, se utiliza el doble de alcohol puro, es decir, 200 ml en el caso de raíces (en hojas o flores, generalmente se usan 100 g y 300 ml de alcohol puro). Todo esto se sumerge en un recipiente de vidrio con tapa hermética durante dos semanas, removiendo la mezcla a diario o interdiario. Pasado ese tiempo, se escurre con una prensadora y una tela fina como filtro, de modo que quede solo el líquido. La dosificación correcta es de 10 ml —puede ser más o menos—, de dos a tres veces al día, dependiendo de la gravedad de la enfermedad, preferiblemente después de cada comida, hasta que ya no lo necesites o aparezcan signos de exceso.