No hace falta creer solo en el Salvador; es necesario cumplir las demás leyes, porque sin estas no sirve de nada cumplir la ley mayor de creer en el Salvador (Pastor de Hermas 14:1 JBS).

Estos hombres son los llamados del Señor; no son vírgenes todavía, porque aún no han dejado de pecar. Tampoco son esposas, porque todavía no ha venido el Salvador a casarse con ellas (Mateo 25:1). Por otro lado, Dios utiliza alegorías como la poliginia o la virginidad, enseñando lo espiritual y también lo carnalmente bueno; de lo contrario, enseñaría con ejemplos de homosexualidad y de mujeres con muchos esposos (Pastor de Hermas 14:1 JBS).

Las piedras del edificio simbolizan a los llamados para ser santos, que fueron seducidos por los falsos profetas, los cuales están simbolizados por estas mujeres fornicarias. Por eso, si ellos se arrepienten de pertenecer a esas iglesias y de creer en esos falsos maestros, se salvarán, formando parte de este edificio que son las iglesias vírgenes y verdaderas de Dios (Pastor de Hermas 14:1 JBS).

Las vírgenes representan a los verdaderos maestros, así que todos deben arrepentirse de haber creído en los falsos maestros y volver a creer en los verdaderos, como Mohamed o Pablo. Por otro lado, Dios ordena casarse solo con vírgenes y les da un gran valor, mientras que el mundo las desprecia y hace todo lo posible para que pierdan su virginidad (Pastor de Hermas 14:1 JBS).

Si te gustan las vírgenes, entonces tienes los gustos de los santos. Y si es así, también aceptarás a profetas santos (que son simbolizados como vírgenes) y tendrás hijos santos (Eclesiástico 26:12-14). En cambio, el mundo te enseñará a fijarte en mujeres usadas, casadas, con hijos, etc., haciendo que tus hijos salgan destinados para el infierno
(Pastor de Hermas 14:1 JBS).

Si los hombres —sobre todo los santos— empezaran a desear mujeres vírgenes, cumplirían una ley de Dios y tendrían los mismos gustos de Dios. Porque a Dios le gustan las vírgenes, y quiere que las tomemos, incluso si son paganas como las madianitas (Números 31:18), así como desea una iglesia virgen espiritualmente (Pastor de Hermas 14:1 JBS).

Las vírgenes son para los santos, como el vino nuevo es para los verdaderos judíos, y el vino viejo para los falsos judíos. Porque si te gustan las mujeres usadas, lo más probable es que también te gusten los ayunos o enseñanzas viejas. En cambio, a Dios le gusta lo nuevo —o sea, las vírgenes—(Pastor de Hermas 14:1 JBS).

Si los llamados de Dios se arrepintieran de seguir a los maestros de las iglesias católicas, protestantes y demás, se salvarían del infierno. Por eso, por culpa de estos llamados, y por causa de ellos, se ha paralizado la edificación de la Iglesia (Pastor de Hermas 14:1 JBS).

La edificación de la Iglesia de Dios está paralizada en estos últimos tiempos. Por eso vemos iglesias llenas de pecado. Pero Dios está esperando pacientemente a que se arrepientan; de lo contrario, los reemplazará, como lo hizo con el rey Saúl (Pastor de Hermas 14:2 JBS).

Hermas se dio cuenta de que él era una de las piedras que detenían la construcción del edificio–Iglesia. Por eso, Dios tiene que hacernos sufrir para que nos arrepintamos y encajemos en ese edificio, tendiéndonos en el piso a punta de golpes. Y luego de confesar nuestras iniquidades, nos levanta, dándonos una nueva oportunidad (Pastor de Hermas 14:3 JBS).

El pecado los vuelve tontos, al punto de no poder distinguir si es bueno construir sobre la roca o sobre la arena. Por eso terminan creyendo que el cimiento de la casa de Dios, por ejemplo, es Mohamed, María u otros, y no el Salvador (Pastor de Hermas 14:4-5 JBS).

Como el santo Hermas, aceptemos lo tontos que fuimos —o que aún somos—, pues aceptar eso nos volverá sabios. Y aceptemos que la interpretación del edificio–Iglesia de Dios, que revela su paralización por causa de las falsas enseñanzas, es un gran entendimiento y una revelación (Pastor de Hermas 14:6 JBS).

Los nombres son muy importantes. Por eso el nombre de Dios tiene tanto poder, y a la vez es tan incomprensible, que apenas entendemos un poco de él (Pastor de Hermas 14:7 JBS).

Tal vez no podamos comprender del todo el valor y significado de su nombre, pero sabemos algo: que con su nombre podemos robar las riquezas de las naciones paganas, y que en parte significa el Salvador del infierno
(Pastor de Hermas 14:7 JBS).

El Salvador es el sostén de este mundo; sin Él, este mundo caería al abismo, lo más probable. En lo espiritual, Él es el bien; sin Él, este mundo sería destruido por Dios. Y así de importantes son los Llamados (Mateo 5:13), pues le dan más sabor a este mundo para que Dios pueda comérselo(Pastor de Hermas 14:7 JBS).

Dios ordena que toda mujer debe llamarse con su nombre y el de su esposo, así como ordena que todo creyente en Él debe llevar el nombre de Dios como un apellido. De la misma manera, los seguidores del anticristo llevarán su nombre o el número de él (Pastor de Hermas 14:7 JBS).

Llevemos su nombre y cumplamos sus demás leyes, porque su nombre es muy importante y por eso pide que lo santifiquemos (Mateo 6:9). Usemos su nombre para todo, pero ahora que estamos en la tarde es más difícil y arriesgado, y llegará la noche en que el nombre de Dios será maldecido y no podrá ser usado en público (Pastor de Hermas 14:7 JBS).

El nombre de Dios es más valioso de lo que pensábamos, tanto que mediante su nombre sostiene este mundo para que no sea destruido ni caiga al abismo. Por eso ellos maldicen su nombre, porque saben que al hacerlo este mundo caerá y será destruido (Pastor de Hermas 14:7 JBS).

El nombre de Dios es Dios mismo. Así como el seguidor del Salvador es el Salvador, y el Salvador es Dios. Cuando ellos maldicen el nombre de Dios, hacen que este mundo deje de ser sostenido por Él, trayendo destrucción. Pero, pese a todo esto, Dios y su nombre sostienen este mundo alegremente, sobre todo por los santos (Pastor de Hermas 14:7 JBS).

Avergonzarnos de Dios o de su nombre es tratarlo como si fuese malo, ya que solo debemos avergonzarnos de cosas malas (Pastor de Hermas 14:7 JBS).